Es extraño como un día cualquiera, caes en la cuenta de que tu vida es una mentira. Un artificio construido, con retazos de mentiras y parches para ocultar lo que tu sangre te grita.
Ese pequeño suceso que te roba la mirada y de golpe sientes la herida abierta. La escena de una película, la publicidad de un objeto que no te interesa, cualquier cosa te arranca de tu desinterés. De la distancia, que construiste día a día, con tanto trabajo.
Todo se derrumba. El viento te envuelve, con una furia salvaje, ráfagas mortales, que te aran el corazón palpitante. No importa, cuanto hagas, por sostener, esos muros de mentiras, que levantaste para contener una vida artificial. La verdad los demuele en cada recuerdo, en cada sentido.
Ahora; de que vale tu apodo Pared?. Sí, la pared, ha caído. Tu corazón se despedaza contra una pared vacía. Los grafittis te gritan de cuanta pared cruzas. Pero no encuentras ninguna que recoja tus lamentos, que sostenga tu llanto de arrepentimiento.
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