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El oso maloso

 Había una vez, un bosque muy, pero muy lejano donde sus animales hablaban y vivían como las personas del valle que continuaba y se extendía hasta el horizonte.

En el bosque vivía un oso.

Un oso muy monstruoso, un poco vanidoso y los que le conocían decían que era goloso y maloso.

El rey del bosque era Maloso, porque como ya saben no hay leones en el bosque.

La reina del valle era una chiquilla caprichosa y muchas veces mentirosa, que deseaba convertir el bosque en su cancha de criquet. Pero su padre había firmado un pacto con Maloso, que decía: “EL BOSQUE NO SE TOCA”

El invierno ya se terminaba y la señora Primavera desplegaba su vestido de flores silvestres y mariposas.

Así que el oso meloso se despertó de su sueño grandioso, porque como todos los osos en invierno se duermen, esquivando el frío, hasta la primavera.

La reina pensó en aprovechar eso para atacar el bosque, pero sus generales se negaron a marchar en el frío invierno. La chiquilla gritó y gritó por el castillo hasta que la primavera llegó.

Maloso se despertó con un bostezo estruendoso y salio de la cueva tapándose los ojos.

Cuando se acostumbro al sol, miro a su alrededor y cantando marcho por el bosque saludando a los otros animales, rumbo al arroyo. Se le antojaba desayunar pescado al patoso.

Cantaba el oso:

“Soy Maloso, el oso chistoso,

le cuento chistes al búho boscoso,

Duermo en el invierno calamitoso,

Pesco en la Primavera, pescados apetitosos,

en el verano nado sudoroso,

me empanzo en el otoño marchoso.

y vuelvo a empezar.

Soy el oso Maloso.

Gritaba la reina Rimbombosa en la orqueta de un árbol,

-Auxilio, auxilio que me comen los lobos!

El oso Maloso que era chistoso, pero mucho más maloso, corrió hasta el árbol donde la Reina gritaba trepada en su orqueta, rodeada de una jauría de lobos. Maloso gruño y vociferó, los lobos al verlo tan grandioso, gruñoso, maloso y ruidoso salieron despavoridos.

El oso se acercó a la reina para ayudarla a bajar y si se encontraba bien, pero la reina al verlo, empezó a gritar.

-¡ Auxilio que me come el oso!…¡Auxilio!.

Maloso el oso que no era muy inteligentoso, pero tampoco tontoso, se dio cuenta de la treta de la reina mentirosa y caprichosa. Así que fue hasta el puesto de la guardia que estaba en el camino lindero al bosque y les dijo a los soldados, lo ridiculoso, gravoso y mentiroso de la situación. Los soldados avisaron al Rey que avergonzado les ordeno no ayudar a la reina, solo vigilar que nada le suceda.

Primoroso salio el Rey en su caballo grandioso y pudo ver gritar a la Reyna auxilio por la llegada de pumas, ranas y palomas. Después se acercó y le pidió que bajara. Ella bajo y ambos marcharon al castillo, ella hablando de que debían quemar ese bosque infectado de feroces bestias, él de su vergüenza y del Rey Maloso que había ido a contarle a los soldados.

Dicen que ella nunca tuvo su campo de criquet y el rey Maloso sigue cantando

“Soy Maloso, el oso chistoso,

le cuento chistes al búho boscoso,

Duermo en el invierno calamitoso,

Pesco en la Primavera, pescados apetitosos,

en el verano nado sudoroso,

me empanzo en el otoño marchoso.

y vuelvo a empezar.

Soy el oso Maloso.

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